jueves, 25 de septiembre de 2008

IN-felicidad crónica.


No se que pasa últimamente, hay cambios en mi vida que los esperaba desde hace ya largo tiempo, son cosas simples al parecer pero tienen una fuerte influencia en mi como persona, a lo largo del año han sucedido cosas que me han hecho sentir el mejor del mundo, otras que me hicieron sentir menos que basura y otras que aún no se como superar.

Todas estas situaciones han puesto a mi persona a prueba de fuego, me enfrentan con tal intensidad que pareciera que ya no puedo mas con las lecciones que en este año con frecuencia se me presentan, quiero dejarlo todo, huir al lugar donde la mente encuentra reposo y se siente confiada para generar visiones extensas, lugar donde se pone fresca y aviva como rehilete los pensamientos, ese lugar según Platón son los puertos, el mar.

¿Miedo a la libertad? Pregunte aquel día que de común se convertía en interesante al leer un capítulo del libro del mismo nombre que mi pregunta, de el ya antes citado en este blog Erich From. No hubo respuesta inmediata pero me puse a cuestionar no solo mi miedo a ser libre si no también que era exactamente la libertad si no mas que un concepto abstracto que esta ligado a lo restringido, al contexto social, cultural y ético del individuo. ¿La libertad esta en uno mismo?, ¿Qué nos hace en verdad libres? Todas las respuestas quedaron en mi cabeza flotando sin llegar a una conclusión absoluta, más bien hipótesis inconclusas, argumentos sacados de la manga para justificar mi aflicción.

Un viaje a aquel puerto, Puerto Peñasco , Sonora;  me hizo estar en aquel estado de solemnidad mental que tanto deseaba, ya había pasado por tormentas y días llenos de inestabilidad síquica, había llorado, había sufrido y había comido muchos carbohidratos, era hora de salir al mundo y dar la cara a la realidad, a otra realidad. Con nuevas ideas y dejando atrás lo que me lastimaba regrese a la ciudad dispuesto a seguir, y no seguir como si nada hubiera sucedido, mas bien seguir como si en verdad hubiera afrontado el miedo, pasaron días, semanas, un par de meses o menos y me di cuenta que no había construido bien la plataforma, seguía siendo de hielo y entre con temor a ella, por que es una capa de hielo fino y en cualquier momento puedo ahogarme en el agua helada congelando así mi capacidad de percibir  la felicidad.

Tenía planes que hoy se han convertido en concluidos como vivir solo cerca de la escuela y no por el hecho de vivir solo si no por dormir 2 o 3 horas mas al día, el plan de no preocuparme por lo que veo de mi en los demás y muchas otras cosas que tenía como objetivo se cumplen y hecho un vistazo a mis días y… ¿No me siento libre?,  ¿Qué, a caso  no es lo que quería?, ¿Por qué no puedo ser completamente feliz?, ¿En verdad es el ser humano tan complejo, o soy yo mirando desde una perspectiva poco  audaz a los que parecen disfrutar?.

Muchas preguntas, respuestas momentáneas que llenas de racionalismo utópico dejan en mi la extraña sensación de no saber que demonios hago aquí.

Encontré un escrito de Jorge Luis Borges que describe exactamente mi sentir, es una síntesis de lo que fue su vida.

 

"He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer.

No he sido feliz.

Que los glaciares del olvido

me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego

arriesgado y hermoso de la vida,

para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente

se aplicó a las simétricas porfías

del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.

No me abandona. Siempre está a mi lado

La sombra de haber sido un desdichado."

 

Jorge Luis Borges. El remordimiento





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que horror! Yo siempre ando así. Espero que ya lo hayas superado.
Quizás lo importante de la libertad es tomar las desiciones que nos benefician (esas, que no hacen verdadero daño a los demás)... Como llamarle a alguien cuando te mueres por oirlo.
Y sí.... casi siempre los planes se viene abajo, pero no porque estén mal, sino porque uno siempre tiene que ajustarse al entorno.

Saluditos.
Alejandro ;)

B! dijo...

uauuu...
increible aquello que escribe borges. increible el sentimiento reflejado en tu ser.
esta cabrona la vida verdad?
en realidad crees que la felicidad proviene del exterior?
yo creo que todo ocurre desde un interior no habitado. sumergamonos y descubramos como todo puede ser en base a nuestra propia voluntad.
saludos.